El Sistema Diagnóstico- Terapéutico de Edward Bach constituye un esquema de trabajo para realizar el diagnóstico y tratamiento de estados de ánimo patológicos y estilos desadaptativos de personalidad, que se encuentran en la base de las enfermedades. El diagnóstico se realiza siguiendo un grupo de clasificaciones “autónomas” y la curación se produce mediante el aprendizaje y el cambio, guiados por la acción de treinta y ocho esencias florales, que entran al esquema, como catalizadoras de las conversaciones terapéuticas.
La idea de nombrar así, a lo que ya se conoce como Terapia Floral, no es un capricho y mucho menos una estrategia de marketing, nace de una profunda reflexión, acerca de tres limitaciones básicas de esta denominación original: en primer lugar, no contempla de forma explícita las ideas acerca de las causas de la enfermedad y el aprendizaje como proceso terapéutico, sin tener en cuenta, el área diagnóstica que nos aporta toda la concepción de la enfermedad, para la prescripción; en segundo, simplifica la terapia al uso de remedios florales; en tercero, puede traer confusiones con la fitoterapia.